lunes, 13 de mayo de 2013

La Noche del Drama

Jueves 9 de Mayo, La Riviera (Madrid). Concierto de Lana del Rey y Kassidy. Llevaba meses esperando con ansia esta noche. Antes de salir de casa revisé mil veces el bolso para comprobar que llevaba todo lo necesario para el concierto: entradas, kleenex para las lágrimas y cuchillas para las venas. ¡Todo listo!


Yo ya sabía donde me metía cuando decidí ir al concierto de la bella Lana, pero jamás pensé que encontraría gente tan hostiable entre sus fans. Iba con la idea de estar rodeada de modernos, hipsters o como coño se quieran hacer llamar, pero lo que allí encontré era algo mucho peor. Ni siquiera tengo palabras para definirlos. Especies sin catalogar.

Con las ganas que tenía yo de disfrutar de los chicos de Kassidy, y no pudo ser. Esa gente me dio el concierto. Espero que algún día vuelvan a España (sin Lana del Rey por supuesto) y poder verlos, en una salita pequeña, cerveza en mano y sin gentuza alrededor. 


Tras la actuación de Kassidy apareció sobre el escenario una señorita de aspecto dulce y delicado... hasta que abrió la boca. La primera frase que escupió fue "my pussy taste like Pepsi-Cola" (me sabe el coño a Pepsi-Cola). ¿Cómo no la voy a amar? Si es que en el fondo es tan barriobajera como yo... 

Si dejamos a un lado la histeria colectiva de sus talifanes, el hecho de ver el 95% del concierto a través de la pantalla de un puto iPhone y el estar rodeada de gilipollas por todas partes, se podría decir que disfruté mucho del concierto. Escuchar en directo temazos como Ride, Born to die, Burning Desire o Summertime Sadness... no tiene precio. ¡Los vellos como escarpias! 

Oh my God, I feel it in the air...
Honey. I'm on fire. Kiss me hard before you go...

Eso sí, nunca le perdonaré que no cantase Lucky Ones, Radio y (sobre todo) la versión del Summer Wine de Nancy Sinatra junto a su amado Barrie-James O'Neill (cantante de Kassidy).


No puedo decir nada malo de ella. Además de tener una voz preciosa la tipa, más maja que las pesetas, no le importaba parar el concierto para bajarse a firmar autógrafos a todo el mundo y luego continuar con el repertorio. ¡Una diva muy del pueblo! 

Lo que nunca entenderé es esa gente que se gasta 45 euros en una entrada para tirarse todo el concierto brazos en alto haciendo fotos y vídeos durante hora y media. En serio... los móviles deberían estar prohibidos. Eso o dividir las salas en dos: modernos de mierda con teléfono a un lado, gente normal al otro. 

Y para acabar, solo una cosa más... ¿qué es eso de que una camiseta, por llevar la cara de Lana del Rey, cueste 50 pavos? ¡A robar a un camino, hombre ya!

Don’t make me sad, don’t make me cry...  
...choose your last words, this is the last time... 
... cause you and I... we were born to die! 

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